Nuestro enfoque: TÚ

Adopto un enfoque colaborativo en la terapia, reconociendo que tú ya eres quien dirige tu propio camino. Imagina que yo soy tu copiloto, caminando a tu lado mientras navegas por tu proceso. Mi objetivo no es “empoderarte”; creo firmemente que ya tienes fortaleza dentro de ti y que mi papel es ayudarte a reconocerla y a acceder a ella.

La terapia conmigo va más allá de la típica terapia de conversación. Ofrezco un espacio de apoyo y sin juicios donde recibirás orientación, preguntas que invitan a la reflexión, recursos valiosos y herramientas prácticas para avanzar. Juntos exploraremos estrategias que se adapten a tus necesidades únicas, asegurando que nuestro trabajo sea realmente significativo y efectivo.

También valoro integrar tu cultura, tus valores y tus expresiones creativas —ya sea a través de la música, el movimiento u otras formas de expresión— en tu proceso terapéutico. Tu camino de sanación debe reflejar quién eres y honrar lo que te hace único/a.

A lo largo de nuestro trabajo, nos enfocaremos en fortalecer tanto tus recursos internos como externos, creando una experiencia terapéutica integral y de apoyo.

Lo que puedes esperar de nuestra primera sesión

La terapia es tu espacio, tu viaje. Mi papel es guiarte, apoyarte y ayudarte a desarrollar herramientas que puedas llevar contigo más allá de nuestras sesiones.

Comenzamos construyendo confianza y creando un lugar seguro juntos. La relación terapéutica es la base de nuestro trabajo, y creo que la verdadera sanación ocurre cuando te sientes cómodo/a, escuchado/a y comprendido/a. Antes de entrar en temas más profundos, me tomo el tiempo para conocerte y brindarte información y recursos que te ayuden a sentirte más preparado/a para el proceso.

La terapia no es solo hablar: también es practicar. Te animo a que usemos nuestro tiempo juntos para trabajar en habilidades y herramientas que puedan ser difíciles de aplicar fuera de la sesión. Ya sea que busques ser escuchado/a, desarrollar estrategias de afrontamiento o ganar claridad, ajustamos el proceso para que se adapte a tus necesidades en cada momento. Con el tiempo, te acompaño para que la terapia se convierta en un espacio de aprendizaje activo, entrenamiento y crecimiento, para que salgas con herramientas que puedas aplicar con confianza en tu vida diaria.

Cada persona es diferente, y adapto mi enfoque para encontrarte donde tú estás. Mi meta es que sientas que la terapia está funcionando para ti —que no solo estás procesando, sino también avanzando hacia los cambios que deseas.

Relación terapéutica y conexión

Practicamos una terapia relacional, entendiendo que la base del trabajo terapéutico real y significativo es una relación construida sobre la calidez, la empatía y la confianza, donde ambos —terapeuta y cliente— crecemos y aprendemos juntos. Co-creamos un ambiente de apoyo y sin juicios que valora la transparencia, la vulnerabilidad y la exploración de cómo nos impactamos mutuamente. Esta no es la terapia tradicional de Freud: aquí, el/la terapeuta no es una figura autoritaria y distante, sino una persona completa que caminará a tu lado en este viaje. Llegarás a conocer a tu terapeuta y a entender lo que lo/la motiva y sostiene.

Creemos firmemente que la forma más poderosa de sanar y generar cambios es a través de la experiencia vivida. Estamos aquí para iniciar una relación terapéutica donde te sientas visto/a, escuchado/a, comprendido/a y aceptado/a por quien realmente eres.

Acomodando la complejidad humana

Como seres humanos, nuestro sistema nervioso inconsciente está siempre atento a nuestra seguridad, lo que a veces nos lleva a temer las diferencias o a sentirnos incómodos/as ante lo nuevo o lo vulnerable. Cuando hemos experimentado trauma o dinámicas dañinas en nuestras relaciones, tendemos a ver el mundo en términos muy concretos y simplistas (bueno/malo, correcto/incorrecto) para protegernos.

En el clima político actual y con un mundo tan dividido, es fácil caer en estas perspectivas rígidas, lo que disminuye nuestra empatía y compasión por los demás. Sabemos que, al poder tolerar más matices y grises, construimos más capacidad para navegar nuestra experiencia humana con confianza. Queremos ayudarte a sentirte más cómodo/a con la complejidad, para que puedas sostener los matices y las contradicciones de tus relaciones, emociones y experiencias.

Al sostener esta complejidad, tanto en terapia individual como de pareja, se abre la puerta a más empatía y curiosidad, a valorar la diferencia, a profundizar la intimidad y el bienestar, y a contribuir a una sociedad más justa.

¡La terapia no tiene que ser todo seriedad y dolor!

También hay mucho que aprender y sanar a través de momentos compartidos de humor y alegría. En nuestro trabajo terapéutico, incorporamos la risa y el juego como forma de conexión significativa y como alivio de la tristeza y el dolor. Damos espacio para celebrar tus logros y avances, y para reconocer el poder profundamente sanador de la risa auténtica y compartida. Creemos que el humor y el juego están en el corazón de la resiliencia —y necesitamos resiliencia para navegar las vueltas y retos de la vida.

La vida no es solo desafío y sufrimiento, y la terapia tampoco debería serlo.